BEBÉS A LA CARTA

Este es un tema un tanto polémico, donde la ciencia se encuentra de bruces con la ética. ¿Hasta qué punto es ético diseñar a tu propio bebé?

En primer lugar vamos a comprender qué significa el término "bebés a la carta". Pues bien, consiste básicamente en la modificación del genoma del embrión mediante la ingeniería genética.

Esto se podría conseguir mediante la técnica CRISPR-Cas9 (que explico en esta entrada), o mediante el Diagnóstico Genético Preimplantacional (PGD), que es una técnica que permite estudiar el ADN de los embriones, en la que tras conseguir la fecundación mediante fertilización asistida se extrae una célula del embrión para estudiar sus genes. Al realizar esta técnica se buscan trastornos genéticos concretos, en los que la mutación está presente en algunos de los progenitores. El PGD ayuda a los padres a determinar qué embriones implantar en el útero, eligiendo aquellos que están libres del defecto genético.
Sin embargo, en esta técnica no se modifica la secuencia del ADN, por lo que a diferencia del método CRISPR, no es edición genética, sino selección de embriones.

Un equipo internacional de científicos en Oregón logró modificar el ADN de embriones humanos, lo que da lugar a la creencia de que en algún momento se logre diseñar a los bebés. Sin embargo, el diseño de un bebé sería considerablemente más complejo, puesto que los investigadores repararon una sola mutación de un único gen, y las características que se les podría querer otorgar a los bebés de diseño no surgen ni de una sola mutación genética ni de una cantidad identificable de genes. Ni siquiera características físicas como la altura serían sencillas de determinar, ya que se calcula que la estatura tiene hasta 93.000 variaciones genéticas. Aunque el profesor de Genética y Embriología del Instituto Francis Crick de Londres Robin Lovell-Badge afirmó que se podría hacer con algo como el color de los ojos, pero que la gente por lo general piensa en hacer algo especial y diferente de las cuestiones genéticas normales.
Además, los talentos y los rasgos no son lo único genéticamente complejo, puesto que casi todas las enfermedades físicas y trastornos psiquiátricos también lo son, y por lo tanto es improbable que la edición embrionaria prevenga la mayoría de los problemas médicos, al menos de momento.

Imagen que muestra el desarrollo de embriones después de haberles inyectado una enzima correctora de genes y esperma de un donante con una mutación genética que provoca cardiomiopatía hipertrófica.

Cerca de 10.000 enfermedades médicas están vinculadas con mutaciones específicas, y reparar las mutaciones responsables podría erradicar estas enfermedades logrando que no se hereden de una generación a otra.
Sin embargo, para analizar la forma de editar cada mutación los científicos tendrían que encontrar la señalización genética correcta, que suele ser una molécula de ARN que guía a la herramienta de corte genético.
También se mencionó que en el tiempo que los científicos emplean para desarrollar técnicas de edición genética y poder utilizarla en casos clínicos se podrían investigar otros tratamientos para la cura de estas enfermedades que quizá fueran más baratos y sencillos.

Además de estos inconvenientes, volvemos al tema ético y moral. A mí personalmente me parece fascinante que haya métodos de edición genética y estoy a favor de su investigación. Sin embargo, opino que solo se deberían utilizar para casos como la cura de enfermedades, y no para cosas como el aspecto físico.
Científicos y especialistas en ética afirman que podría haber desigualdad en cuanto a la accesibilidad, y que "cualquier intervención que llegue a las clínicas debería estar al alcance de todos".

Aquí os dejo un vídeo que trata sobre este tema, ¡¡espero que os guste!!